Mis Zapatos de princesa

                                                           

Con estos aprendiste a caminar...

Con los demás aprenderás a tropezar.....Pero todo se andará"  Esto me lo escribió papá, el cuadro  lo hizo él cuando teníamos una tienda enorme. Los zapatitos me los regalo mi abuela Raquel, no la que tiene el pelo blanco y está en un silla de ruedas todo el tiempo, esa es mi bisabuela. La abuela Raquel es la mamá de mamá. Y la idea es de papá. Con estos zapatitos que eran de princesita, plateados yo me arrastraba por el prado que tenemos debajo de casa y no me importaba meterlos en  el charco que se formaba en la fuente del parque y claro, así quedaron, con el dedo gordo roto, mamá como siempre me los seguía poniendo porque le gustaban. Una vez se casó la mamá de Diego y mi abuela Raquel me compró unos zapatos de lentejuelas, según ellas, mamá y la abuela eran preciosos, tenían una correa que se ataba al tobillo y esos sí parecían los zapatos de un príncipe de verdad, lentejuelas marrones y rosas por todos lados ....a quién se le ocurre comprarme esos zapatos a mi. Pues eran tan espantosos e incómodos que me los quité y todo el tiempo anduve descalza por el juzgado y por la terraza de una cafetería. Toda la boda lo pasé descalza. Yo era muy pequeña...nadie me dijo nada, pero mis papás estaban incómodos. Ahora, resulta que mi hermana, que es casi vieja, le copió la idea a papá y me encontré los famosos zapatos decorando la casa, estaban en una estantería de adorno!!!... a quién se le ocurre. Bueno creo que la idea se la robaron todos a mi abuela Raquel, que tiene los zapatos de sevillana de mi hermana cuando tenía los pies diminutos. Bueno ahora los tiene casi como yo o yo casi como ella. Mi abuela tiene también de recuerdo los primeros zapatos de bebé de mi hermana. Las cosas que conserva la gente.....Yo no entiendo nada.